Divorcio con propiedades en otro país: trámites

Divorcio con propiedades en otro país: trámites

Publicado el 30 de septiembre de 2025


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Qué es un divorcio con propiedades en otro país

Un divorcio con propiedades en otro país es aquel en el que, además de gestionar los efectos personales y económicos de la ruptura, la pareja debe resolver el destino de bienes inmuebles o derechos reales situados fuera del Estado en el que tramita el procedimiento. Este escenario es cada vez más frecuente debido a la movilidad internacional, las inversiones en segundas residencias y la residencia en países distintos al de origen. El principal reto no es solo repartir los bienes, sino hacer que esa decisión sea válida y ejecutable en el país donde están ubicados. En términos legales, hablamos de una cuestión de competencia judicial (qué tribunal puede decidir), ley aplicable (qué normativa rige el reparto) y reconocimiento y ejecución (cómo hacer efectiva la resolución donde está el inmueble).

A efectos prácticos, el activo internacional típico es una vivienda (principal, vacacional o de alquiler), pero también entran en juego terrenos, plazas de garaje, trasteros, participaciones en sociedades propietarias del inmueble o derechos de usufructo y nuda propiedad. Asimismo, pueden existir cargas (hipotecas, embargos), gastos (IBI/Property Tax, tasas municipales, seguros) y obligaciones fiscales pendientes que repercuten en el momento del reparto. Al iniciar la planificación, conviene mapear todos los bienes, identificar su régimen jurídico local y anticipar si será necesario un procedimiento adicional en el otro país (por ejemplo, una inscripción en el registro de la propiedad extranjero).

Idea clave: En divorcio con propiedades en otro país, la decisión del juez o el convenio regulador deben poder ejecutarse en el país del inmueble. Por ello, desde el primer día hay que pensar en traducciones, apostillas y, si procede, en el reconocimiento de la resolución.

Por último, es fundamental alinear la estrategia jurídica con la financiera. A veces, vender el bien y repartir líquidos simplifica barreras de ejecución y costes fiscales; en otros casos, adjudicar a uno con compensación económica preserva valor y reduce trámites. La elección adecuada dependerá de la ley aplicable, la situación hipotecaria, la fiscalidad de ambos países y la relación práctica con la propiedad (uso, alquiler, mantenimiento). Esta guía desglosa cada fase de los trámites con enfoque claro y operativo.

Competencia judicial y ley aplicable

Elegir el tribunal competente y determinar la ley aplicable es el primer paso estratégico. En la Unión Europea, según el país, pueden operar reglamentos que fijan criterios de competencia basados en la residencia habitual de los cónyuges o de los hijos, o la nacionalidad. Fuera de la UE, se aplican normas internas y tratados bilaterales, cuando existen. De forma general, el principio de lex rei sitae (la ley del lugar donde se ubica el inmueble) suele regir los derechos reales y la forma de inscripción, por lo que una sentencia de divorcio deberá respetar cómo ese país concibe la propiedad, la copropiedad y sus formas de transmisión. Sin embargo, el régimen económico matrimonial y su liquidación pueden estar regidos por otra ley, elegida por los cónyuges en capitulaciones o determinada por puntos de conexión (residencia originaria, nacionalidad, primer domicilio conyugal).

En un divorcio con propiedades en otro país, puede darse que un tribunal de tu país sea competente para decretar el divorcio y fijar un reparto económico, pero el inmueble, al estar fuera, requiera trámites complementarios en el extranjero (por ejemplo, una escritura local o la inscripción en el registro de propiedad extranjero). Por ello, diseñar la solución pensando en el doble plano (resolución en tu país y ejecutabilidad en el país del bien) ahorra costes y tiempos. Donde no existan mecanismos automáticos de reconocimiento, será esencial prever el exequátur o procedimientos análogos para validar la resolución ante autoridades del otro Estado.

  • Verifica si existe convenio internacional o normativa europea que simplifique el reconocimiento.
  • Confirma si la partición o adjudicación requiere escritura pública en el país del bien.
  • Revisa si el régimen económico matrimonial está sometido a una ley diferente de la del inmueble.

Consejo práctico: Incluye en el convenio o sentencia referencias claras a la identificación del inmueble (cargas, referencia registral y catastral, porcentajes), para facilitar su inscripción en el extranjero.

Inventario y localización de bienes

El inventario es la base del reparto. Consiste en identificar, documentar y valorar todos los activos situados fuera del país en el que tramitas el divorcio: viviendas, terrenos, garajes, derechos de usufructo, así como cuentas vinculadas a la propiedad (fianza de alquiler, depósitos, seguros vinculados). Para cada bien, recopila: título de propiedad, datos registrales, cargas, certificaciones de deuda y último recibo de impuestos locales. Si desconoces el estado registral o si la titularidad está difusa, un abogado o gestor local puede solicitar extractos registrales. En algunos países, es posible pedir notas simples en línea; en otros, solo mediante profesional autorizado.

Prioriza la trazabilidad: crea una carpeta por país y por inmueble con documentos en PDF, versiones traducidas y un cuadro de control de fechas (por ejemplo, fecha de vencimiento de impuestos o hipoteca, última tasación, caducidad de certificados). Define responsables y plazos: quién pide la nota registral, quién coordina la tasación y quién verifica la fiscalidad. Incorporar checklists y un cronograma compartido facilitará que el divorcio con propiedades en otro país avance sin bloqueos.

  • Título de propiedad y nota registral actualizada.
  • Hipoteca y certificación de deuda/estado de cargas.
  • Últimos recibos de impuestos y tasas municipales.
  • Contrato de arrendamiento, si existe, con rentas y fianza.
  • Tasación reciente y estado de conservación.

Tip operativo: Si hay alquiler, pide al administrador/local rent roll, depósitos, incidencias y obligaciones del arrendador. La existencia de arrendatarios condiciona plazos y opciones de venta o adjudicación.

Documentación, pruebas y traducciones

Para que una resolución o convenio produzca efectos en el extranjero, suele exigirse traducción jurada al idioma del país de destino y, en muchos casos, legalización o apostilla conforme al Convenio de La Haya. Anticipa estos requisitos desde el inicio. Identifica qué documentos necesitarán validez internacional: sentencia de divorcio, convenio regulador, certificaciones registrales, poderes notariales, certificaciones de deudas, e incluso certificados de estado civil o de nacimiento si el sistema registral del otro país lo demanda. El orden y el formato importan: muchos registros piden originales o copias auténticas; otros aceptan documentos digitales con firma cualificada.

Cuando se trate de inmuebles, el registro de la propiedad extranjero suele requerir una escritura pública local o un instrumento equivalente que refleje con precisión la adjudicación o transmisión. Por ello, aunque un tribunal declare el reparto, puede ser necesario otorgar una escritura en el país del bien con base en esa sentencia, debidamente traducida y legalizada. Lo ideal es que el convenio regulador incluya descripciones registrales completas (referencias, linderos, porcentaje, cargas) para minimizar incidencias. Si participan apoderados, verifica que el poder sea suficiente según la ley local y que esté expedido, traducido y apostillado correctamente.

Checklist rápido: sentencia/convenio con sello o firma electrónica verificable, traducción jurada, apostilla o legalización, poder notarial (si procede), certificados registrales y de cargas actualizados, justificantes fiscales.

En definitiva, en un divorcio con propiedades en otro país la documentación robusta evita dobles trámites, rechazos registrales y sobrecostes. Planifica el circuito documental con tiempos realistas (traducción, apostilla y envío) y coordina con notaría/registro del país del inmueble para confirmar el formato exacto aceptado.

Régimen económico matrimonial y liquidación

La forma de repartir los bienes depende del régimen económico matrimonial: gananciales, separación de bienes, participación o regímenes especiales. Puede regirse por una ley distinta a la del país donde se ubica el inmueble, en función de capitulaciones o reglas de conflicto. En gananciales, se inventarían los bienes comunes y se compensa a cada cónyuge al 50%, salvo prueba de privatividad. En separación, se respeta la titularidad inscrita y, si hubo aportaciones cruzadas, se analizan reembolsos. La liquidación debe ser precisa: valores de mercado actualizados (tasación), cargas pendientes (hipoteca, impuestos devengados), mejoras realizadas y estado de conservación. Evita acuerdos abstractos; concreta adjudicación, compensaciones en metálico, asunción de deudas y plazos de pago.

Además, contempla situaciones especiales: aportación de capital privativo a bienes comunes, subrogaciones hipotecarias, novaciones, o la existencia de sociedades patrimoniales. En los divorcios con propiedades en otro país, la mezcla de leyes puede crear asimetrías: un bien puede reputarse común según una ley y tener restricciones de transmisión según otra. Coordina ambos planos para que el acuerdo sea inscribible. Incorporar cláusulas de hold harmless (indemnidad) y garantías (por ejemplo, depósito notarial hasta inscripción) aumenta la seguridad.

Punto crítico: Ajusta la liquidación al valor neto del inmueble (valor de mercado menos deuda y costes de transmisión). Las compensaciones deben tener en cuenta impuestos y gastos futuros.

Estrategias de reparto y gestión de inmuebles

Existen tres vías habituales: venta y reparto del precio, adjudicación a uno con compensación y copropiedad temporal. Vender simplifica la ejecución transfronteriza y liquida cargas, pero exige coordinación con agentes locales, posible pago de plusvalías y, si hay arrendatarios, respeto a sus derechos. La adjudicación a uno es idónea cuando una parte reside en el país del inmueble o puede obtener financiación local, permitiendo subrogación o novación de la hipoteca. La copropiedad temporal funciona como solución puente: se pactan reglas claras de uso, alquiler, gastos y un horizonte de venta o tanteo preferente.

En un divorcio con propiedades en otro país, los detalles operativos marcan la diferencia. Si optas por vender, acuerda precio mínimo de salida, plazos, quién asume costes (reformas, agencia, certificados energéticos) y tipo de cambio si el pago es en moneda extranjera. Si se adjudica a uno, fija la compensación, forma de pago (transferencia, pagos aplazados con garantía), fecha de entrega de llaves e hitos para inscribir la transmisión. En copropiedad, incluye un pacto de salida con tasación independiente y mecanismo de resolución de conflictos (mediación, árbitro).

  • Cláusula de moneda y tipo de cambio para pagos internacionales.
  • Reparto de gastos de comunidad, seguros e impuestos hasta la transmisión.
  • Obligación de firmar documentos y acudir a notaría/registro del país del inmueble.

Pro tip: Si hay hipoteca, coordina la operación con el banco extranjero desde el inicio. Su calendario y requisitos documentales condicionarán ventas y adjudicaciones.

Fiscalidad internacional y tributación

El reparto de inmuebles en otro país tiene implicaciones fiscales en dos jurisdicciones: la del país del inmueble y la tuya. Pueden aparecer impuestos por transmisión, plusvalías, timbres o tasas registrales en el país extranjero, y efectos en tu IRPF/Impuesto sobre la Renta o en declaraciones de bienes en el extranjero si existen obligaciones informativas. La venta suele generar tributación por ganancia o pérdida patrimonial; la adjudicación puede tratarse como permuta o exceso de adjudicación, con consecuencias diversas según la ley fiscal. Además, los convenios para evitar la doble imposición no siempre cubren tributos locales sobre inmuebles.

Para un divorcio con propiedades en otro país conviene solicitar simulaciones fiscales en ambos Estados antes de cerrar el acuerdo. Evalúa: costes de notaría y registro, impuestos de transmisión, retenciones a no residentes, certificados fiscales (por ejemplo, de estar al corriente), plazos de declaración y sanciones por incumplimiento. Si el inmueble está alquilado, considera la tributación de los rendimientos, gastos deducibles y la regularización al cesar el alquiler por venta o adjudicación. También es relevante el tipo de cambio aplicable a efectos fiscales y el tratamiento de las compensaciones en metálico entre cónyuges.

Recordatorio: Guarda justificantes de valor (tasaciones, comparables de mercado) y de gastos (reformas, honorarios, impuestos) para acreditar el cálculo de la ganancia o el exceso de adjudicación.

Hipotecas, cargas y bancos extranjeros

Las hipotecas y demás cargas registrales dictan el ritmo del proyecto. La entidad financiera extranjera querrá preservar su garantía: si hay adjudicación a uno, exigirá su consentimiento para la subrogación o una novación para cambiar deudores; si hay venta, pedirá que la cancelación se haga simultáneamente. Muchas veces implicará firmar en notaría local, aportar documentos traducidos y demostrar solvencia. Revisa cláusulas de vencimiento anticipado y comisiones por reembolso. Si existen embargos o anotaciones preventivas, coordina su levantamiento con abogados del país del inmueble.

En un divorcio con propiedades en otro país no basta con acordar internamente: necesitas la operatividad bancaria. Alinea fechas de firma, transferencias internacionales, verificación de identidad (KYC) y cumplimiento de prevención de blanqueo. Si el pago de la compensación se realizará en divisa extranjera, fija tipo de cambio, entidad intermediaria y quién asume costes de transferencia. Para evitar problemas de compliance, prepara documentación de origen de fondos y copia certificada de la sentencia o convenio traducidos y apostillados.

  • Certificados de deuda e instrucciones de cancelación o subrogación del banco extranjero.
  • Coordinar notaría y registro locales para la liberación de cargas.
  • Acordar garantías (aval, depósito, retención en notaría) cuando haya pagos aplazados.

Claves de éxito: cronograma conjunto con el banco, documentación traducida con antelación y un closing coordinado (venta/adjudicación, cancelación de cargas e inscripción) en un mismo acto.

Paso a paso de los trámites

A continuación, un itinerario práctico para gestionar un divorcio con propiedades en otro país de forma eficiente:

  • 1. Diagnóstico inicial: identifica jurisdicción competente, ley aplicable y viabilidad de reconocimiento en el país del inmueble.
  • 2. Inventario y valoración: recopila títulos, notas registrales, cargas, tasaciones e impuestos pendientes.
  • 3. Estrategia de reparto: venta, adjudicación o copropiedad temporal. Define calendario, responsabilidades y costes.
  • 4. Borrador de acuerdo: redacta convenio con descripciones registrales completas, valores netos, compensaciones y plazos.
  • 5. Validación fiscal: simulaciones tributarias en ambos países y previsión de retenciones/plusvalías.
  • 6. Bancos y cargas: coordina subrogación/novación o cancelación; pacta garantías para pagos aplazados.
  • 7. Traducciones y apostilla: encarga traducción jurada y legalizaciones de sentencia/convenio y poderes.
  • 8. Firma: ante tribunal o notaría local según exija cada jurisdicción. Prevé firma remota si es aceptada.
  • 9. Inscripción: en el registro del país del inmueble; presenta traducciones y pruebas de pago de impuestos.
  • 10. Cierre y seguimiento: cambia suministros/seguros, comunica a comunidad de propietarios y archiva justificantes.

Resultado esperado: resolución o convenio ejecutable, inmueble debidamente transmitido o adjudicado e impuestos y cargas regularizados en ambos países.

Preguntas frecuentes

¿Puedo repartir un inmueble extranjero solo con la sentencia de divorcio de mi país? Depende del país del inmueble. En muchos casos, necesitarás una escritura local basada en esa sentencia, traducida y apostillada, para que sea inscribible en el registro extranjero. Verifica si existe reconocimiento automático o si debes tramitar un procedimiento de exequátur.

¿Qué opción es más sencilla: vender o adjudicar? La venta suele simplificar la ejecución internacional y liquida cargas de forma simultánea. La adjudicación es idónea si uno puede asumir la hipoteca y reside en el país del inmueble. Evalúa fiscalidad, tiempos y costes bancarios antes de decidir.

¿Necesito traducción jurada y apostilla? Habitualmente sí para que los documentos surtan efectos en el extranjero. Consulta con el registro y la notaría del país del inmueble el formato exacto que aceptan (original, copia auténtica, firma electrónica, etc.).

¿Cómo se valora el inmueble para la liquidación? Lo recomendable es una tasación reciente y considerar el valor neto (valor de mercado menos deudas y costes de transmisión). Conserva justificantes de reformas e impuestos pagados para acreditar el cálculo.

¿Qué pasa con la hipoteca si me adjudico la casa? El banco extranjero debe consentir la subrogación o pactar una novación. Prepara documentación de solvencia y coordina firmar la operación, la modificación hipotecaria y la inscripción en un mismo acto.

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