
Cómo afecta un divorcio a tu hipoteca en Barcelona
Publicado el 28 de marzo de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 22 min
Índice
- Introducción
- Impacto del divorcio en la hipoteca
- Tipos de regímenes económicos
- División de la hipoteca tras el divorcio
- ¿Qué pasa con la vivienda?
- Soluciones hipotecarias en Barcelona
- Implicaciones fiscales del divorcio
- Papeles legales y procesos necesarios
- Recomendaciones legales para divorciados
- Preguntas frecuentes
- Conclusión
Introducción
El divorcio es una de las situaciones legales y personales más complejas que puede atravesar una pareja. Cuando se comparte una hipoteca, la situación se complica aún más, ya que se deben tomar decisiones importantes que afectarán tanto al futuro económico de ambas partes como a la propiedad en común. En ciudades como Barcelona, donde el mercado inmobiliario es dinámico y exigente, comprender cómo afecta un divorcio a una hipoteca es esencial para evitar errores costosos y proteger los derechos e intereses de cada persona.
Esta guía está diseñada para ofrecer una visión clara y accesible de las implicaciones legales, financieras y prácticas que conlleva la disolución del vínculo matrimonial en el contexto de una vivienda hipotecada. A través de este artículo, desglosaremos paso a paso qué ocurre con la hipoteca al producirse el divorcio, qué opciones existen para continuar, modificar o cancelar el préstamo, y cómo actuar de forma estratégica para minimizar el impacto económico y legal.
En Barcelona, muchas parejas optan por comprar vivienda en régimen de copropiedad, compartiendo no solo el inmueble sino también las obligaciones financieras. Al producirse un divorcio, esta situación genera múltiples interrogantes: ¿puede uno de los cónyuges quedarse con la vivienda? ¿Se puede obligar a la otra parte a vender? ¿Qué ocurre si ninguno de los dos quiere seguir pagando la hipoteca? Estas preguntas no solo tienen una respuesta legal, sino también práctica, y requieren una buena dosis de negociación y, en muchos casos, asesoramiento profesional.
Tener claridad desde el inicio sobre cómo se gestionará la hipoteca en caso de separación no solo ayuda a prevenir conflictos, sino que puede ahorrar tiempo, dinero y desgaste emocional. Una planificación adecuada y el conocimiento de las alternativas disponibles son herramientas poderosas durante un proceso de divorcio.
A lo largo de las siguientes secciones, abordaremos desde los tipos de régimen económico que influyen en la titularidad del inmueble, hasta las vías legales y bancarias para resolver la situación hipotecaria. También analizaremos las particularidades del contexto legal en Cataluña y las soluciones específicas que se aplican en Barcelona, teniendo en cuenta la jurisprudencia, la normativa autonómica y la experiencia práctica en este tipo de casos.
Este artículo está dirigido tanto a quienes están iniciando un proceso de divorcio como a profesionales del ámbito legal y financiero que deseen comprender mejor cómo abordar este tema desde un punto de vista integral. La información contenida aquí puede marcar la diferencia entre una separación caótica y un proceso organizado y equitativo.
Impacto del divorcio en la hipoteca
El divorcio no solo implica la ruptura de un vínculo sentimental y legal, sino que también desencadena una serie de consecuencias económicas que pueden ser especialmente delicadas cuando existe una hipoteca compartida. En este contexto, la vivienda habitual suele representar el mayor activo (y pasivo) de la pareja, por lo que determinar qué ocurre con la hipoteca se convierte en una cuestión prioritaria y, en muchos casos, conflictiva.
Una de las principales consecuencias es que el vínculo con la entidad bancaria no se rompe automáticamente con el divorcio. Ambos titulares siguen siendo responsables del pago de la deuda, independientemente de quién continúe viviendo en la propiedad. Esto significa que, aunque uno de los cónyuges asuma el uso exclusivo del inmueble, ambos seguirán respondiendo legalmente frente al banco, salvo que se acuerde y formalice lo contrario mediante una novación del préstamo.
Las posibles situaciones tras el divorcio pueden incluir:
- Venta del inmueble y cancelación del préstamo hipotecario.
- Adjudicación de la vivienda a uno de los cónyuges, quien asume la hipoteca completa.
- Continuidad en la copropiedad, asumiendo ambos los pagos mientras deciden qué hacer a largo plazo.
Es importante recalcar que el juez no puede imponer a una entidad bancaria la liberación de uno de los titulares de la hipoteca. Para que esto ocurra, debe haber acuerdo entre las partes y aceptación por parte del banco, que evaluará la solvencia del cónyuge que desea asumir la totalidad de la deuda.
Además, en Barcelona, como en el resto de Cataluña, rige un régimen económico matrimonial por defecto (separación de bienes), lo que puede influir en cómo se gestiona la hipoteca durante y después del proceso de divorcio. No obstante, en caso de que la hipoteca esté a nombre de ambos, ambos seguirán respondiendo ante el banco si no se hace una modificación formal del contrato hipotecario.
La falta de acuerdo sobre la hipoteca puede derivar en procedimientos judiciales prolongados y, en algunos casos, en la ejecución hipotecaria si se dejan de realizar los pagos. Por ello, contar con asesoramiento legal especializado y explorar soluciones pactadas, como la dación en pago o la venta del inmueble, es fundamental para minimizar el impacto económico del divorcio.
Tipos de regímenes económicos
El régimen económico matrimonial determina cómo se administran los bienes y deudas durante el matrimonio y qué ocurre con ellos en caso de divorcio. Este aspecto cobra especial relevancia cuando una pareja adquiere una vivienda en común y la financia mediante una hipoteca. Dependiendo del régimen económico, la titularidad del inmueble, la responsabilidad sobre el préstamo y la forma de liquidar los bienes pueden variar significativamente.
En España existen tres tipos principales de regímenes económicos, aunque en cada comunidad autónoma pueden aplicarse normas específicas. En el caso de Cataluña, y por tanto en Barcelona, el régimen que se aplica por defecto es el de separación de bienes, salvo que se haya pactado lo contrario mediante capitulaciones matrimoniales.
- Separación de bienes: Cada cónyuge conserva la propiedad y gestión de sus bienes, tanto los adquiridos antes como durante el matrimonio. En este régimen, si ambos figuran como titulares de la hipoteca, responderán por partes iguales o según el porcentaje pactado en la escritura.
- Sociedad de gananciales: Todos los bienes y deudas adquiridos durante el matrimonio pertenecen a ambos cónyuges por igual, salvo ciertas excepciones. La vivienda habitual y la hipoteca contratada durante el matrimonio se consideran bienes gananciales, por lo que deben dividirse equitativamente en caso de divorcio.
- Régimen de participación: Menos común en España, permite que cada cónyuge mantenga su patrimonio por separado, pero al finalizar el matrimonio se calculan las ganancias obtenidas por cada uno y se reparten proporcionalmente.
En Cataluña, la separación de bienes es automática si no se pacta otro régimen. Sin embargo, incluso bajo este régimen, si ambos firmaron la hipoteca, comparten la responsabilidad del pago. El título de propiedad y el contrato hipotecario son documentos claves que deben revisarse al iniciar un proceso de divorcio.
Conocer el régimen económico aplicable no solo ayuda a anticipar cómo se dividirán los bienes, sino también a establecer estrategias legales adecuadas para proteger los intereses de cada parte. En cualquier caso, la asesoría legal resulta fundamental para interpretar correctamente estos conceptos y actuar conforme a la ley.
División de la hipoteca tras el divorcio
Una de las cuestiones más delicadas que surgen tras un divorcio es la división de la hipoteca, especialmente cuando la vivienda familiar está a nombre de ambos cónyuges y existe un préstamo pendiente con una entidad bancaria. Aunque el matrimonio pueda disolverse por vía judicial, la hipoteca no se disuelve automáticamente. Es fundamental entender que el compromiso adquirido con el banco permanece vigente hasta que se acuerde una modificación contractual o la extinción de la deuda.
Existen diversas vías para abordar la división de la hipoteca, y la elección de una u otra dependerá de factores como el tipo de régimen económico, la voluntad de las partes, la capacidad económica individual y la predisposición del banco. A continuación, se detallan las opciones más frecuentes:
- Venta del inmueble: Ambas partes pueden acordar vender la vivienda, cancelar la hipoteca con el importe obtenido y repartir el sobrante (o asumir el déficit) según los porcentajes de titularidad.
- Adjudicación a uno de los cónyuges: Uno de los miembros de la pareja se queda con la propiedad y asume la hipoteca. Para ello, es imprescindible realizar una novación del préstamo con la aprobación del banco.
- Continuidad compartida: En ocasiones, se decide mantener la copropiedad temporalmente y continuar pagando la hipoteca entre ambos hasta que se resuelva la situación en el futuro.
Es crucial entender que el juez no puede obligar al banco a liberar a uno de los titulares. Cualquier cambio en la titularidad del préstamo debe ser negociado con la entidad financiera, que evaluará la solvencia del solicitante antes de aceptar la modificación.
Además, hay que tener en cuenta el valor fiscal de la vivienda, las posibles plusvalías y los gastos asociados al cambio de titularidad, tanto del inmueble como de la hipoteca. También es frecuente pactar una compensación económica si uno de los cónyuges se queda con la vivienda, lo que puede generar tensiones si no se valora de forma justa.
La intervención de un abogado especializado resulta imprescindible en estos casos para asegurar que el acuerdo sea legal, equilibrado y respetuoso con los intereses de ambas partes. También se recomienda contar con el apoyo de un asesor hipotecario para negociar con el banco las condiciones más favorables y evitar situaciones de morosidad o ejecuciones no deseadas.
¿Qué pasa con la vivienda?
La vivienda familiar suele ser uno de los bienes más importantes y conflictivos en un proceso de divorcio. No solo representa un valor económico significativo, sino que también implica un vínculo emocional, especialmente si hay hijos en común. En el caso de una pareja con una hipoteca conjunta, determinar qué ocurre con la vivienda tras el divorcio requiere analizar tanto la propiedad del inmueble como el uso que se le va a dar después de la ruptura.
Lo primero que debe tenerse en cuenta es quién figura como propietario del inmueble. Si ambos cónyuges aparecen en la escritura, la vivienda es copropiedad. En ese caso, existen distintas alternativas:
- Venta de la vivienda: Se vende el inmueble, se cancela la hipoteca con el dinero recibido y se reparte el sobrante, si lo hay, según el porcentaje de propiedad de cada uno.
- Adjudicación a uno de los cónyuges: Uno de ellos se queda con la propiedad, compensa al otro por su parte proporcional y asume el pago de la hipoteca.
- Uso temporal: A veces, se mantiene la copropiedad y uno de los cónyuges permanece en la vivienda, normalmente el que tiene la custodia de los hijos, aunque ambos siguen siendo propietarios y responsables del préstamo.
Es importante entender que el uso de la vivienda no implica necesariamente propiedad. El juez puede asignar el uso a uno de los cónyuges por el interés de los hijos, sin modificar la titularidad ni la hipoteca. Esto puede generar tensiones si uno de los cónyuges reside en la vivienda mientras el otro sigue pagando parte del préstamo sin disfrutar del bien.
En Cataluña, la jurisprudencia tiende a priorizar el bienestar de los menores, lo que implica que el progenitor custodio suele conservar el uso de la vivienda familiar durante un tiempo determinado. No obstante, si no hay hijos, el uso puede asignarse temporalmente o resolverse con la venta o adjudicación definitiva.
Para evitar conflictos a futuro, es altamente recomendable regular de forma detallada en el convenio regulador qué ocurre con la vivienda: uso, plazos, compensaciones económicas, y obligaciones respecto al pago de la hipoteca. La falta de un acuerdo claro puede derivar en litigios prolongados y en dificultades para acceder a una nueva financiación hipotecaria.
Soluciones hipotecarias en Barcelona
En el contexto de un divorcio, encontrar soluciones hipotecarias viables es crucial para evitar conflictos financieros duraderos. Barcelona, como gran ciudad con un mercado inmobiliario activo y competitivo, ofrece distintas opciones legales, bancarias y patrimoniales para abordar el futuro de una hipoteca compartida tras la separación. Cada caso requerirá una estrategia personalizada, pero es importante conocer las alternativas más utilizadas en la práctica local.
Una de las vías más comunes es la negociación con la entidad bancaria para reestructurar el préstamo. Este proceso, conocido como novación hipotecaria, permite modificar las condiciones del contrato original, incluyendo el cambio de titularidad. Sin embargo, este acuerdo requiere el consentimiento del banco, que valorará la solvencia del cónyuge que pretende asumir la deuda en solitario.
- Novación hipotecaria: Se modifica el préstamo, eliminando a uno de los titulares. Ideal si uno de los cónyuges se queda con la vivienda y puede asumir el pago.
- Subrogación personal: El préstamo pasa a un tercero, normalmente cuando se vende la vivienda y el nuevo comprador asume la hipoteca existente.
- Venta del inmueble: Es una solución definitiva que permite cancelar la deuda y repartir los fondos restantes. Es muy habitual en divorcios sin hijos o con desacuerdos sobre el uso de la vivienda.
- Copropiedad temporal: En algunos casos, se acuerda mantener la propiedad compartida mientras uno de los ex cónyuges reside en ella, con plazos y condiciones estipuladas en convenio.
En Barcelona, es habitual que las entidades financieras soliciten garantías adicionales o avalistas para aceptar modificaciones en la hipoteca. Por ello, contar con el respaldo de un asesor financiero o abogado especializado es clave para negociar con éxito.
También se puede valorar la dación en pago como último recurso. Esta fórmula implica entregar la vivienda al banco como forma de cancelar la deuda pendiente, aunque no siempre es aceptada, y puede acarrear consecuencias fiscales. En casos de dificultades económicas extremas, la Ley de Segunda Oportunidad puede ofrecer una salida legal para personas sobreendeudadas.
En conclusión, la elección de la solución hipotecaria más adecuada dependerá del acuerdo entre las partes, el tipo de régimen económico, la situación laboral y financiera de cada cónyuge y la disposición del banco. La planificación y el asesoramiento profesional marcan la diferencia entre un proceso hipotecario ordenado y una carga económica a largo plazo.
Implicaciones fiscales del divorcio
El divorcio no solo supone una reorganización emocional y patrimonial, sino que también conlleva consecuencias fiscales que muchas veces pasan desapercibidas hasta que se presentan las declaraciones de impuestos. Comprender estas implicaciones es esencial para evitar sanciones, optimizar el reparto de bienes y cumplir con las obligaciones tributarias. En Barcelona, como en el resto de España, la fiscalidad del divorcio se rige por normas estatales, pero existen matices que conviene conocer, especialmente en lo relativo a la vivienda y la hipoteca compartida.
A continuación, repasamos los aspectos fiscales más relevantes que pueden afectar a las personas divorciadas:
- Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP): Si uno de los cónyuges se queda con la vivienda, puede haber una compensación económica. Si esta adjudicación no está contemplada en el convenio de divorcio homologado judicialmente, podría estar sujeta a ITP.
- Plusvalía municipal: En caso de venta de la vivienda, el Ayuntamiento de Barcelona puede exigir el pago de este impuesto si ha habido incremento del valor del terreno.
- IRPF: La pensión compensatoria recibida tributa como rendimiento del trabajo. Por su parte, quien la paga puede deducirla, siempre que conste en resolución judicial o convenio aprobado.
- Deducción por vivienda habitual: Solo puede mantenerse si se siguen cumpliendo los requisitos, como haber adquirido la vivienda antes de 2013 y continuar pagando la hipoteca.
Es fundamental que los acuerdos alcanzados en el divorcio (como la adjudicación de la vivienda o el reparto de bienes) se recojan en el convenio regulador y estén homologados judicialmente para poder beneficiarse de ciertas exenciones fiscales.
Otro punto clave es la tributación en caso de venta del inmueble tras el divorcio. Si hay ganancia patrimonial, esta debe declararse en el IRPF y puede estar sujeta a tributación, salvo que se reinvierta en una nueva vivienda habitual, cumpliendo los requisitos exigidos. También es importante valorar el impacto de estas operaciones en futuras ayudas públicas o becas que dependan de la renta familiar.
En definitiva, las implicaciones fiscales del divorcio pueden ser complejas y tener un impacto significativo en la economía de ambas partes. Por ello, resulta aconsejable contar con el apoyo de un asesor fiscal que analice cada caso concreto y ayude a tomar decisiones informadas y fiscalmente eficientes.
Papeles legales y procesos necesarios
Iniciar un proceso de divorcio implica no solo una decisión personal, sino también una serie de trámites legales que deben cumplirse para que la separación tenga efectos jurídicos plenos. Estos trámites son fundamentales para regular las obligaciones y derechos de cada cónyuge, especialmente cuando existen bienes comunes como una vivienda hipotecada. En Barcelona, al igual que en el resto de España, el divorcio puede ser de mutuo acuerdo o contencioso, lo cual determinará la complejidad del proceso.
A continuación, se detallan los documentos y pasos más relevantes que se deben tener en cuenta durante un divorcio con implicaciones hipotecarias:
- Demanda de divorcio: Presentada por uno o ambos cónyuges, debe incluir datos personales, fecha del matrimonio, hijos comunes y propuesta de medidas.
- Convenio regulador: En divorcios de mutuo acuerdo, este documento recoge los pactos alcanzados: custodia de los hijos, pensiones, uso de la vivienda, reparto de bienes y deudas.
- Certificado de matrimonio: Expedido por el Registro Civil, es necesario para acreditar el vínculo matrimonial.
- Certificado de empadronamiento: Acredita el domicilio actual, requisito para determinar la competencia territorial del juzgado.
- Escritura de la vivienda y contrato hipotecario: Documentos clave si existe una propiedad en común financiada con hipoteca. Permiten valorar soluciones como la venta, adjudicación o novación del préstamo.
En caso de divorcio contencioso, no hay convenio regulador inicial y el juez decidirá sobre todas las medidas. Esto implica un procedimiento más largo, costoso y emocionalmente exigente, pero en ocasiones es necesario si no hay acuerdo entre las partes.
Además de la tramitación judicial, es habitual tener que realizar gestiones notariales y registrales, como la modificación de la titularidad de la vivienda o la inscripción de nuevos pactos en el Registro de la Propiedad. Si se produce una novación hipotecaria, será necesario acudir al banco y formalizar el nuevo acuerdo con escritura pública.
Por ello, es recomendable contar con el asesoramiento de un abogado de familia que guíe el proceso de principio a fin, se asegure de que todos los documentos estén en orden y defienda los intereses de su cliente. Una correcta preparación documental y procesal es la base para evitar complicaciones legales futuras.
Recomendaciones legales para divorciados
Tras un divorcio, es fundamental no solo cerrar correctamente el proceso judicial, sino también tomar medidas legales que garanticen tu seguridad jurídica y financiera a medio y largo plazo. Muchas personas creen que con la sentencia de divorcio todo queda resuelto, pero lo cierto es que existen múltiples aspectos que deben revisarse o actualizarse para evitar futuros conflictos o malentendidos.
Estas recomendaciones son especialmente relevantes cuando existe una hipoteca compartida o bienes inmuebles de por medio, ya que las obligaciones con entidades bancarias y terceros pueden continuar vigentes incluso después del divorcio. A continuación, te presentamos algunas claves esenciales que todo divorciado debería considerar:
- Actualiza testamento y beneficiarios: Revisa y modifica tu testamento, pólizas de vida y fondos de pensiones para excluir al excónyuge si así lo deseas.
- Inscripción en el Registro de la Propiedad: Si hay cambios en la titularidad de bienes inmuebles, asegúrate de que estén correctamente reflejados en el registro.
- Revisa tu situación hipotecaria: Confirma si estás liberado de la deuda, si se ha hecho una novación o si aún figuran ambos como titulares del préstamo.
- Modifica el estado civil en documentos oficiales: Actualiza tu estado civil en Hacienda, Seguridad Social, padrón municipal, cuentas bancarias, etc.
- Cumple con las medidas del convenio regulador: El incumplimiento puede dar lugar a sanciones o ejecuciones judiciales. Documenta siempre los pagos y visitas acordadas.
No firmes ningún acuerdo económico, bancario o inmobiliario sin antes consultar con un abogado. Incluso un pequeño error o malentendido puede tener consecuencias legales y financieras a largo plazo.
Además, si tu situación cambia significativamente después del divorcio (por ejemplo, pérdida de empleo, traslado o nueva pareja), es posible solicitar una modificación de medidas. No dudes en iniciar este proceso si las circunstancias lo justifican.
Por último, recuerda que un buen asesoramiento post-divorcio no solo te protege legalmente, sino que también te ayuda a recuperar tu estabilidad emocional y económica. Un seguimiento adecuado evita conflictos innecesarios y te permite avanzar con mayor seguridad hacia una nueva etapa de tu vida.
Preguntas frecuentes
El proceso de divorcio y sus implicaciones sobre la hipoteca generan muchas dudas entre quienes se enfrentan a esta situación por primera vez. A continuación, respondemos algunas de las preguntas más frecuentes que suelen plantearse en consultas legales y en la práctica diaria en Barcelona, especialmente en casos donde existe una vivienda en común y un préstamo hipotecario vigente.
¿Puedo quedarme con la vivienda sin el consentimiento de mi expareja?
No. Si ambos figuran como propietarios, cualquier cambio en la titularidad debe realizarse de mutuo acuerdo. La adjudicación de la vivienda a uno de los cónyuges debe estar recogida en el convenio regulador y, en su caso, firmarse ante notario. Además, si hay una hipoteca, también debe contarse con la aprobación del banco.
¿Qué ocurre si mi expareja deja de pagar su parte de la hipoteca?
Si ambos sois cotitulares del préstamo, la entidad bancaria puede reclamar el 100% de la deuda a cualquiera de los dos. El incumplimiento de una parte afecta a ambos, por lo que es crucial tener un acuerdo claro y valorar opciones como la novación o la venta del inmueble para evitar problemas de morosidad.
¿Puedo desgravar la hipoteca tras el divorcio?
Solo si adquiriste la vivienda habitual antes del 1 de enero de 2013 y sigues cumpliendo los requisitos establecidos por Hacienda. Además, debes seguir residiendo en la vivienda o seguir siendo titular del préstamo y abonar los pagos.
¿Es necesario modificar la escritura del piso tras el divorcio?
Sí. Si hay un cambio en la propiedad del inmueble (por ejemplo, si uno se lo queda), debe formalizarse mediante escritura pública e inscribirse en el Registro de la Propiedad. Este paso es independiente del convenio regulador y fundamental para evitar conflictos futuros.
¿Qué pasa con los hijos si hay una hipoteca y se adjudica la vivienda?
El juez puede asignar el uso de la vivienda familiar al progenitor que tenga la custodia de los hijos, aunque no sea el propietario. Este uso puede ser temporal, hasta que los hijos alcancen la mayoría de edad o se emancipen. La titularidad, sin embargo, seguirá siendo de quien conste en la escritura.
Conclusión
Afrontar un divorcio nunca es sencillo, y cuando hay una hipoteca de por medio, la complejidad legal y emocional se intensifica. La vivienda familiar representa mucho más que un bien económico: es un espacio lleno de recuerdos, seguridad y estabilidad. Por ello, su gestión adecuada durante y después del proceso de divorcio requiere una visión estratégica y asesoramiento profesional. En el caso de Barcelona, además, deben tenerse en cuenta las particularidades del régimen de separación de bienes, la normativa autonómica catalana y la práctica judicial local.
A lo largo de este artículo, hemos abordado los aspectos esenciales que debes conocer si estás atravesando un divorcio con una hipoteca compartida: desde el impacto económico y legal del divorcio sobre la deuda hipotecaria, hasta las distintas soluciones disponibles, pasando por los trámites legales necesarios y las implicaciones fiscales que pueden surgir del reparto de bienes.
La clave para evitar conflictos y proteger tus intereses pasa por actuar con previsión, documentar todos los acuerdos por escrito, y rodearte de profesionales que te orienten desde una perspectiva legal, financiera y emocional.
Si bien no existe una solución única para todos los casos, sí es posible alcanzar acuerdos equitativos que permitan a ambas partes reorganizar su vida tras el divorcio sin quedar atadas indefinidamente a una hipoteca conjunta. Ya sea optando por la venta de la vivienda, la adjudicación a uno de los cónyuges, o mediante la negociación con la entidad bancaria para una novación del préstamo, cada alternativa requiere una evaluación personalizada y una correcta formalización jurídica.
En definitiva, un divorcio no tiene por qué convertirse en un obstáculo insalvable. Con información clara, asesoramiento adecuado y voluntad de alcanzar acuerdos, es posible cerrar esta etapa de forma ordenada y comenzar un nuevo camino con mayor tranquilidad financiera y emocional. Si te encuentras en esta situación, no dudes en contactar con un abogado especializado en derecho de familia que te acompañe durante todo el proceso y te ayude a tomar las mejores decisiones.
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